¿Cómo, Cuándo y Por qué se formó?

A diferencia de los citados Alpes Japoneses, cuyo origen se remonta al paleozoico y al mesozoico, hará unos 500 millones de años, el Fujiyama es una montaña reciente, como lo demuestra la forma regular del cono. Su morfología, típica de la franja volcánica Izo-Bonin-Volcano, ha sido plasmada por flujos de lava muy líquida y elástica, lo que ha determinado que se formaran, en cada una de sus laderas, pendientes suaves y regulares. Unos 300.000 años atrás, una fase de paroxismo volcánico elevó un inmenso cono sobre un basamento del terciario, superponiéndose a otros dos, más antigüos y de menos altura, y creando esta grandiosa mole que hoy suscita tanta admiración.

Ya en épocas históricas, fueron numerosas las erupciones. La última de ellas duró, con intervalos, del 17 de diciembre de 1707 al 22 de enero de 1708. En aquella ocasión se formaron el cráter que hoy se ve en la pendiente sudoriental y la cumbre llamada Hoei Zan; mientras la ciudad de Edo, la actual Tokio, quedó sepultada bajo un espeso estrato de cenizas y de casquijos de lava. Desde las fechas citadas, el volcán ha permanecido inactivo.
El cráter tiene un diámetro de unos 670 metros y se abre sobre un abismo de 221 metros de profundidad, aproximadamente. De diversos puntos surgen chorros de vapor caliente y en el borde externo brotan unos manantiales considerados como terapéuticos: el Kimnei-sui (agua de oro brillante) y el Gimnei-sui (agua de plata brillante).